Siempre he sido maniática con la comida. Me gusta comer sano, odio las dietas, nunca he hecho una, pero desde chica pongo atención en qué, cómo y cuánto como. Hace unos días estaba en un lugar maravilloso llamado Cadaques, al norte de Barcelona, y con mi marido nos pusimos a analizar que comía la gente en el buffet del desayuno…
A mi lado derecho había una familia con dos niños; uno tenía como 8 años y el otro 1. La mamá era bien gordita y el papá era guatón, pero con las piernas muy delgadas. Se levantaron cada uno con un hijo y se acercaron al buffet a seleccionar su desayuno. En el buffet había de todo y esta familia ni miró la sección de frutas, yogures y cereales y se fueron, con niños incluídos, por un plato que llenaron de huevos revuelos con tocino y salchichas.
Los niños vieron los queques y pidieron su ración y la madre tomó otro plato –el de ella estaba lleno– y le puso a los niños dos queques a cada uno y un par de galletas. Se fueron felices con su elección y la familia empezó a desayunar. El niño mayor estaba visiblemente con sobrepeso y el pequeñito también, aunque en menos medida que el resto de la familia…
En otra mesa había un matrimonio francés con un niño de unos 4 años y una guagua recién nacida que también estaban disfrutando de su desayuno. Pero el de ellos era bien diferente al primero. Me llamó la atención lo regia que lucía la madre, considerando que debió haber parido hace sólo un par de meses. En su mesa reinaban las frutas como kiwis, sandías, peras y plátanos. Cada uno tenía un jugo natural, un yogurt o avena y un croissant al que acompañaban con mermelada de frutas. El padre tenía adicionalmente un poco de huevo en su plato y la madre un vaso de agua. El niño mas grande comía frutas feliz de la vida como sus padres y ni chistó cuando la mamá le empezó a dar su porción de avena.
Eran tan diferente las dos mesas y me llamaba la atención como los malos hábitos alimenticios de la primera familia estaban siendo heredados por los chiquitos. Reconozco que al principio me dio un poco de rabia. No me entra en la cabeza que la mamá le pusiera el huevo con tocino a los niños después que ya se habían comido queques, galletas y un pan cada uno. ¿Qué nos hace ser como la primera o la segunda familia? ¿Podemos cambiar los hábitos? ¿Que tal difícil es hacerlo cuando se llevan años conviviendo con ellos?
No soy muy partidaria a las dietas, y menos las no guiadas por médicos especialistas, pero creo que con voluntad e informándose bien lo que se come, cuánto se come y cómo ciertos alimentos nos benefician podemos quebrar el círculo vicioso de la obesidad que crece a pasos agigantados. Si no lo han leído, les recomiendo un libro que se llama: French Women Don’t Get Fat(“Lasfrancesas no engordan”) de Mireille Guiliano. Aquí la autora cuenta que las francesas no hacen dietas ni pasan horas en el gimnasio y sin embargo tienen tasas muy bajas de obesidad. Sólo un 10% a comparación con un 22% en Latinoamérica y casi un 50% en los EEUU. También tienen tasas más bajas de muertes por enfermedades cardíacas.
Algunos tips que se dan en este libro es que a ellas no les gustan las dietas, pero tienen un estilo de vida particular.
Les gusta comer bien, saborean la comida, pero generalmente elijen comer en casa, se toman el tiempo para sentarse en la mesa. No comen paradas, ni caminando, no comen al lado de la computadora, ni mirando la tele. Jamás saltean las comidas principales y menos el desayuno. Para las francesas comer es una actividad social. Disfrutan de la compañía y de la comida y siempre comen despacio, disfrutando cada bocado.
En Francia el momento de la comida es un momento importante. Toman a la comida como la fuente de energía para el organismo, creen que si uno no tiene placer en el acto de comer rompe con las leyes de la naturaleza. Ellas comen varios platos, pero en pequeñas cantidades y tomándose un tiempo entre uno y otro, de esta manera puede llegarle información al cerebro de que la persona está comiendo, dando mayor sensación de saciedad.
Se los dejo para pensar y si pueden leer el libro, genial.
Si aún no han comido, elijan bien, equilibrado y disfruten del acto de comer.
Besotes a todas,
Si aún no han comido, elijan bien, equilibrado y disfruten del acto de comer.
Besotes a todas,
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on jueves, septiembre 08, 2011
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SALUD Y NUTRICION
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